Por qué Sora cambiará la industria para siempre

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El 15 de febrero, OpenAI desveló por fin su nuevo, revolucionario y esperadísimo generador de vídeo, Sora. 

Hace tiempo que se habla de este software. La generación de vídeo con IA ya está entre nosotros y desde hace bastante tiempo. Muchas empresas, desde pequeñas start-ups hasta actores consagrados, ofrecen herramientas y software para generar un vídeo completo a partir de un prompt y algunas imágenes de referencia. Pero ninguna ha alcanzado, ni siquiera se ha acercado remotamente, a lo que OpenAI ha hecho con Sora.

¿Qué es Sora?

Tampoco es el primer rodeo de OpenAI. En 2023 todo el mundo ha entrado en contacto con la Inteligencia Artificial de una forma u otra. Tal vez trabajes con ella, tal vez te haya robado el trabajo, tal vez sólo hayas oído rumores de esta supuesta IA, pero fue con diferencia la revolución tecnológica más importante del año pasado, incluso más que la realidad virtual, la realidad aumentada, la realidad mixta y todo el metaverso juntos.

Con el lanzamiento público de ChatGPT, OpenAI puso a disposición del gran público una tecnología ya existente: los modelos generativos de texto. El lanzamiento fue alucinante. ChatGPT se ha convertido rápidamente en una herramienta cotidiana en muchos sectores, como el marketing, la consultoría, la contabilidad y muchos más. El modelo era tan avanzado que era capaz de escribir guiones similares a los de un autor novel e incluso superaba el listón. Fue recibido tanto como la mayor innovación desde la web, como una amenaza existencial, capaz de trastocar industrias enteras y robar cientos de miles de puestos de trabajo. Pero era sólo el principio.

¿De dónde procede Sora? 

OpenAI no se conformó y quiso abordar otra área de la IA: las imágenes. En el verano de 2023, OpenAI incorporó la última versión de DALL-E a su software más famoso, ChatGPT 4, con lo que su generador de imágenes pasó a tener una interfaz familiar y sin esfuerzo.

Ahora, parece que ha llegado el momento de que OpenAI traiga su artillería aún más pesada con Sora, su modelo de generación de vídeo. Por el momento, Sora sigue siendo un misterio. La empresa presentó oficialmente el software con una página web dedicada, en la que se muestran vídeos inéditos generados por Sora. Tras el lanzamiento, OpenAI puso Sora a disposición de los «red teamers», encargados de evaluar las zonas críticas en busca de daños o riesgos.

Sora es capaz de producir vídeos que parecen sacados de una película de Hollywood en cuestión de minutos. Desde mamuts lanudos abriéndose paso por paisajes nevados hasta vibrantes escenas de calles de Tokio llenas de bullicio, las posibilidades de Sora son sencillamente impresionantes. Esta tecnología no es sólo para los profesionales del cine, sino que está llamada a democratizar la creación de vídeo de formas que sólo hemos empezado a imaginar.

 

imagen landing page de Sora

 

¿Cómo funciona la magia de Sora? 

En esencia, Sora aprovecha el poder de la IA generativa, de forma similar a sus predecesores pero con un salto significativo. Digiere una amplia gama de vídeos y sus descripciones, aprendiendo los matices de lo que hace que el contenido sea convincente y atractivo. Aunque OpenAI no ha revelado los detalles, como la cantidad exacta de datos con los que se ha alimentado a Sora o su procedencia, está claro que utiliza materiales tanto públicos como protegidos por derechos de autor para entrenar a este gigantesco modelo. Este secretismo no sólo sirve para adelantarse a la competencia, sino también para navegar por las delicadas aguas de las leyes de derechos de autor y el uso ético de los datos.

Sora se basa en sofisticados algoritmos que comprenden tanto los elementos visuales como el contexto de los vídeos que estudia. No se trata sólo de unir imágenes, sino de crear narrativas fluidas y coherentes que cautiven y enganchen. La capacidad del sistema para analizar y generar contenidos de vídeo que respeten la coherencia espacial y temporal es lo que realmente hace brillar a Sora y lo diferencia de todo lo que hemos visto hasta ahora.

 

¿Y su futuro?

Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad. OpenAI es plenamente consciente de los problemas éticos que plantea una tecnología tan avanzada. Por eso Sora está actualmente en manos de un selecto grupo de investigadores y académicos, sometido a un riguroso «red teaming» para identificar posibles usos indebidos y garantizar que, cuando se generalice su uso, sea lo más seguro y beneficioso posible.

Esta cautela se extiende a la inclusión de marcas de agua en los vídeos generados por Sora, en un esfuerzo por mantener la transparencia y la responsabilidad. Sin embargo, el reto de garantizar que estas marcas permanezcan intactas y reconocibles se refiere a las cuestiones más generales de la autenticidad y la desinformación en la era de la IA.

 

En esencia, OpenAI no solo está dando un paso más en la generación de vídeos con IA; está dando un salto de gigante. OpenAI representa el compromiso constante de ampliar los límites de lo posible, combinando arte y ciencia para crear algo verdaderamente revolucionario. Mientras miramos hacia un futuro en el que los contenidos generados por inteligencia artificial sean cada vez más indistinguibles de los reales, Sora se presenta como un faro tanto del increíble potencial como de los retos éticos que nos aguardan.

Con su combinación de tecnología punta y un enfoque reflexivo de la implantación, Sora está preparada para redefinir no solo la creación de vídeo, sino también la forma en que nos relacionamos con los contenidos digitales y confiamos en ellos en nuestra vida cotidiana.

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